viernes, 29 de junio de 2012

En la playa


Me gustaría decir que nada de esto ha pasado
Que no es real,
El Titanic no se hundió
 Y nunca se desvanecerá.
Pero no se puede cerrar los ojos
Porque hay heridos
Y puedo oírlos
Ni puedo, ni quiero hacerlos callar.
Puedo entender que hubiese un iceberg
Que el timón fuese lento
O rápido el hielo
Pero, ¿era extremadamente necesario demoler el barco?
En los silencios de la piedra
Se encuentra la lección de vida
De la siempre prohibida
Verdad-amistad.
Todo se perdió en alta mar.
No seré yo quien busque los vestigios
No más astillas flotantes que recuerden la hecatombe.
Quien quiera que reconstruya el coloso
Yo esperaré en la playa, donde toda ola es caricia.
Porque todavía están por contar los heridos
Y quizás la sal empiece a quemar por dentro
al respirar.