viernes, 23 de marzo de 2012

Equivocarse de nombre


Amistades extrañas que queman.  Se esconden, se ocultan hasta que se pierden. Amanecen en ocasiones, solo cuando abres la persiana y asomas el vaso de la noche anterior para dejarlo en la repisa. Son amistades que sufren de Alzheimer, pero no quieren tratamiento. ¿Miedo al recuerdo? No fue tan oscuro, creo que fue lo más claro. Quizás confundí la blancor con la niebla. Estaba subida en la montaña y todo se veía muy bien desde tus alturas. Yo ya sumaba las cuentas, me iba para la salida disparada cuando me dijeron que no había pagado. Las cosas nunca son fáciles. Ese es tu secreto que no sabes y que solo sé yo. Es la clave que define lo que soy: esclava de silencios, exploradora de lo que no se siente y cazadora de recuerdos.

¿Qué compartimos? Y hablo en pasado. Solo banalidades, pero muchas en número; los quilates se guardan, no vaya a ser que haya un robo. ¿Qué compartimos? Y hablo en presente. Tus murciélagos en la cueva, mis pájaros ya los veo tan altos que casi no los alcanza mi vista. Y yo comparto, pero no contigo. Comparto cafés aguados con el mundo, cervezas corrompidas, bailes con la pena e imposibilidades. Sigue siendo mi pasatiempo favorito el de la imposibilidad, pero ya no le encuentro el encanto. Prefiero emborracho de chocolate. Me pierdo en palabras para tratar de leer lo que nunca escribiste. Busco una puerta que un día vislumbré pero no está, no sé cuándo se ha ido, tampoco cuándo volverá. Fuera de esa puerta todo es mentira y declaro que dentro está la verdad.

Pero volvamos a extrañas amistades. ¿Por qué hablamos de verdad? Yo nunca supe, si saber es verdad. Inventé yo lo conocido a imagen de mis anhelos. Pregunto a las olas, al cielo, a la lluvia y al recuerdo. Vaya donde vaya pregunto y me responde siempre el silencio, o será que silencio es la respuesta. Porque tú eres silencio.

¿En qué punto te perdiste? Yo puse bien cada señal. 
¿Quién bautizo esto como amistad? Yo no quise nunca que lo fuera. Alguien se equivocó de nombre…

2 comentarios:

  1. Cómo se notan los textos de estómago. María, este texto se puede respirar, llega.
    Un beso, Loba

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  2. El alzheimer es inherente a la amistad
    representa la cruel paradoja de una verdad
    que trascurre relativizada por el afecto
    que se enmascara con alas de viento
    para volar desde la fraternidad al devaneo
    provocado por una inyección de ese veneno
    tan ácido, tan dulce, tan amargo, tan narcotizante
    tan infame, tan desgarrador, tan seráfico, tan recalcitrante
    que anhela que las más que viejas amistades vuelvan a resurgir
    pero que el alzheimer del enoja hace imposible rememorar
    ahogando las gargantas que imploran desesperadas el cantar
    de besos y caricias, de abrazos y despedidas,del porvenir.

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